lunes, 16 de mayo de 2016

Publicidad, miedo y defensa perceptual

En muchas ocasiones la publicidad tiene que servirse del miedo para que ciertas personas se conciencien de verdad de que hay algunas cosas que no hacen ningún tipo de bien a su vida. Los anuncios más destacados sobre estos temas son las drogas y aquellos que están relacionados con la conducción.

Muchos publicitarios pueden llegar a pensar que cuanto más desagradable y cuanto más miedo dé la campaña, más efecto tendrá. Esto no es así. El concepto del miedo en la publicidad no es un error, pero no se debe usar de cualquier manera.

En primer lugar debemos tener en cuenta la defensa perceptual, que para los que no lo sepan, es la tendencia que tienen ciertas personas a no dirigir o rechazar la atención de aquellos estímulos que te generan estados no deseables. Si realizamos un spot en el cual los estímulos que recibimos al principio son desagradables y desviamos nuestra atención, no llegaremos a recibir el mensaje, ya que será posterior a estos estímulos. Esto supone un problema para los publicitarios, ya que pueden crear un mensaje muy bueno pero si el público objetivo no está prestando atención, da igual que sea bueno o malo porque no tendrá ningún tipo de efecto.

¿Hay solución para este problema? La respuesta es sí. ¿Cómo? Muy sencillo, solo hay que poner el mensaje que queremos transmitir al principio del spot, y de este modo evitaremos la defensa perceptual.

No sólo basta con esto. Si el anuncio no dice cómo solucionar el problema, no tendrá efecto alguno sobre el target. Es más, esa solución tiene que ser alcanzable y posible de realizar.

Nuestra mente se asusta y persuade mucho más con una perdida que con un beneficio. Por lo tanto, si aplicamos el miedo del modo que hemos explicado, tendrá el efecto que buscamos.


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